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Channel: Nicon Pepinos – Cienojetes
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Nos vamos de vacaciones

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Antes de despedirnos hasta la nueva temporada, os queremos contar algo que nos hace mucha ilusión: y es que Cienojetes ha visto de nuevo la luz en papel en la revista Contratiempo, que dirige Ricky Dávila. En esta ocasión con el artículo No tengo química con la fotografía analógica. Os invitamos a los que no lo hayáis leído a leerlo por vez primera, así como a los nuevos seguidores a volver atrás y conocernos mejor en las vacaciones leyendo nuestros artículos anteriores.

Cienojetes_cfc2

Volveremos, pasado el verano, con más contenidos y con alguna que otra sorpresa. Os desvelamos una. En estas vacaciones el equipo de Cienojetes se va a poner las pilas y, puesto que unos pocos han puesto en entredicho nuestra capacidad de opinión si no nos mostramos como fotógrafos, os prometemos —¡oh loca osadía!— para la segunda temporada delumbraros a todos mostrando nuestro primer proyecto fotográfico conjunto. Canon y Pepinos, Pepinos y Canon. Trabajando codo con codo, cámara con cámara. Por la fotografía.

loca_cienojetes

Esta primera temporada que ahora termina ha sido estupenda para nosotros. Comenzamos a publicar en octubre de 2012, con mucha ilusión, y los resultados han superado nuestras expectativas. Hemos llegado a las 250.000 visitas; en nuestra cuenta de Twitter vamos camino de los 1200 seguidores, mientras que en la de Facebook, donde empezamos en enero de este mismo año, contamos ya con casi 2000 seguidores. Pero, obviamente, todo esto no hubiera sido posible sin vosotros. Así que, de corazón: ¡muchas gracias a todos, queridos!



Dando la cara

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Amigos, nadie duda de lo bueno que es pertenecer a un colectivo fotográfico. Y además ahora está de moda. El trabajo en equipo tiene indudables ventajas. Pero ocurre que pasados los primeros momentos de buenrollismo y de exaltación amistosa, la confianza empieza a dar asco y aparecen las discrepancias y las críticas destructivas, que pronto dan paso a las puñaladas traperas. Esto hará que inevitablemente cada uno empiece a mirarse el ombligo y a trabajar por su cuenta, provocando la agonía, a veces lentísima, del amado colectivoooh.

Quizás por estos inconvenientes, quizá porque son menos costosos económicamente, están proliferando como moscas en nuestos días los colectivos fotográficos que llamaremos mini. Porque en realidad son dúos. Se aprovechan de que están unidos por vete a saber qué intereses, por supuesto no fotográficos, y de que en la teoría un grupo lo forma un número ≥ 2, para autodenominarse colectivos.

Lo cierto es que esta manera de colaborar ha existido desde siempre. Recordemos a Gerda Taro y Robert Capa; al matrimonio Becher de Düsseldorf, a los excéntricos y geniales Blume. Y en tiempos más actuales al matrimonio Parkeharrison.

Cienojetes no puede estar a la zaga de las tendencias. Si hay que subirse al carro de los mini-colectivos para parecer modernos y ver si al final ganamos unas perricas, habrá que subirse, qué leches. El año pasado algunos amables lectores nos dijeron que quién coño éramos nosotros para hablar de fotografía, si encima ni nos atrevíamos a exponer nuestras fotos púbicamente. Pues bien, ha llegado el momento de dar la cara.

Una noche estival Nacho y yo hablamos de este proceso inexorable, de como nuestra cobardía iba desacreditándonos paulatinamente; y después de tomarnos unos golpes, decidimos constituirnos formalmente como Colectivo. Días y noches, noches y días, nos hemos estrujado la sesera pensando en qué nombre nos teníamos que poner. Porque el nombre a veces es casi tan importante como lo que hace el mini-colectivo. Pero los nombres que poníamos encima de la mesa sonaban a otros colectivos existentes y exitosos: Beba y CosaRojo ChacheNino el Cojo, LifeandChopped… Nada. ¿Para qué darle vueltas? Hoy nace el Colectivo Cienojetes, con nuestro primer proyecto, que nos ha tenido ocupados y acongojados todo el verano.

- Proyecto: Una deslumbrante realidad. (Murcia, verano 2013).
- Referentes: nos sentimos muy influenciados por grandes maestros de la historia de la fotografía, estando nuestros gustos encuadrados entre la street photography tradicional y el paisajismo más puro y relajante. Winogrand, Diane Arbus, Cartier-Bresson, Ansel Adams, Eggleston, Atget, etc.
- Marco conceptual: Atrapado y enajenado en una sociedad que le apabulla y deslumbra, el individuo intentará en vano rebelarse contra la extraña realidad que le muestran sus sentidos y sobrevivir con sentido al sinsentido. Pero no sabe contra qué lucha y sucumbe. Entonces el vacío lo asume todo. Como dice Lacan, “nuestra práctica es una estafa: fanfarronear, hacer pestañear a la gente, deslumbrarla con palabras rebuscadas”.

¿Os ha gustado? ¡Qué bien! Teníamos reticencias a exponeros nuestras fotografías porque nuestra formación es eminentemente clásica. Pero bueno, al fin nos hemos atrevido. Esperamos vuestras críticas y consejos para ir mejorando poco a poco.


Mellado nos separa

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Me tropecé con él de repente y en el lugar más insospechado. Había quedado con Nacho en casa para hablar del próximo proyecto de nuestro recién fundado colectivo, a lo que siguieron unos vinos acompañados de excelentes viandas (salchichica seca, almendras, queso de cabra…). El caso es que pasado un tiempo la ingesta hizo su efecto y tuve necesidad de acudir al aseo. Me senté en el trono de mi colega y observé una cestilla con revistas para hacer más amena la espera. Rebusqué y cual fue mi sorpresa cuando vi allí dentro mi catecismo fotográfico, el culmen de los manuales técnicos: el libro Fotografía Digital de Alta Calidad – Photoshop CS2 de Jose Mª Mellado. Cogí ese tesoro con manos puras y temblorosas y al abrirlo casi lloro: el librito estaba destrozado, pintarrajeado como si un niño se hubiera ensañado con él; y con bastantes páginas arrancadas para no quiero imaginarme qué innoble función.

A la vuelta al salón, Nacho estaba sobado en su sillón con la cabeza colgando, roncando con la boca entreabierta. Sin mediar palabra le arrojé el ladrillazo encima. Lo que viene a continuación es una reproducción fidedigna de la discusión que mantuvimos:

Pepinos: (con los ojetes húmedos) ¡¡¿Esto qué es?!! ¿Te parece bonito como y donde tienes el libro de Mellado? Si no lo querías, al menos lo podías haber vendido, ¿no?

Canon: (secándose la babica) Anda ya. Además no sé por qué te molesta, si él mismo destruye su propias fotos estilo perfomance. Sólo le falta al notas poner el “Mola mazo” de Camilo Sesto de música de fondo.

P: Cuidado que no estás hablando de un don nadie. Chema ha sido presidente de la Real Sociedad Fotográfica. Y tiene obras en los mejores museos del país, como el Reina Sofía o el Museo de Cáceres. ¡Cuidadín!

C: Sí, sí. Menudo monumento tendrá también en Islandia desde que sacó su libro. Tío, si allí han salido de la crisis gracias a las manadas de mochileros Lowepro que van cada verano. Los artistas digitales esos cuya principal aspiración es buscar los mismos paisajes para hacer las mismas fotos. Sólo que esos paisajes no existen porque todo es puro photoshop de garrafón.

“Esos paisajes no existen porque todo es puro photoshop de garrafón…” (Foto Mellado)

P: Envidia de los cielos guapos y las luces que saca el tío. Aunque en Blanca Berlín algunos de esos fotones pasan de 12.000 euros, luego se arremanga y es generoso a la hora de ofrecernos sus conocimientos en los mejores libros de fotografía que existen. Además, que levante la mano quien no use un poquico photoshop para ajustar luces y colores.

C: ¿Libros de fotografía? Tú lo flipas. Son manuales de usuario de fotochop con los que acabarás destrozando tus fotos favoritas. O peor, pensarás que puedes darle un toque pictórico a fotos que deberían estar hace tiempo en la papelera de reciclaje.

P: (con sentimiento) Mellado es un maestro de la luz y del color. Más quisieras poseer su don de previsualización, como él lo llama: “la capacidad de, estando delante de una escena, imaginar la foto ya terminada, hasta colgada en la pared, con todos los ajustes de luces, con todo el tratamiento”. ¡Qué fiera! Nos muestra la belleza oculta de los paisajes. Sin su ayuda, no lo veríamos. Con su mirada felina nos dirige la nuestra. Él dice que consigue que las personas “miren a las cosas de otra manera” y… él…

C: (interrumpiendo) Mira. Te voy a dar la razón en una cosa. Tiene fotos en las que consigue dirigir el ojo del espectador (porque el espectador es tonto, claro, necesitamos que nos guíen). Fotos intrigantes en las que se adivina que algo está a punto de pasar. Concretamente la foto de portada de su último libro. Absolutamente necesario sacar a una tía en bolas entre las piedras. Está claro que dirige el ojo del espectador y que cada uno pondrá de su parte para decidir qué le gustaría que le pasara a esa pobre mujer. Una foto para los anales de la fotografía, a la altura de los desnudos de Weston. Además, ¿cómo sabes tanto de él y de lo que dice?

“¿Qué hace esa jaca entre las piedras? Todo puede pasar…” (Foto Mellado)

P: (sonriéndose) Empiezo a entender porqué tenías el libro en el váter… ¿Es que no has visto como reflexiona en el vídeo La búsqueda del instante? Está claro que en el caso de esa foto pasa lo que él dice. “Se da esa imagen dramática (…) de que (sic) algo va a pasar, de que (sic) algo está a punto de ocurrir”. ¿Qué hace esa jaca entre las piedras? Tú lo has dicho, puede pasar de todo: pegarse un leñazo, una escena amorosa, un desprendimiento… Se ve claramente lo que él dice que capta, “la tensión entre el ser humano y el paisaje”.

C: Sí. Un desprendimiento de retina el que da mirando sus fotos tamaño pantalla de cine… Vamos Pepinos, que te veo convencido de que casi casi se merece ganar el Premio Nacional de Fotografía. En eso también te puedo dar la razón. Ya era hora de que tuviéramos un premiado que es capaz de hacer en digital lo mismo que Ouka Leele en analógico: pintarrajear las fotos.

P: Oye. Que también tiene trabajos comprometidos como el de Babalú-Ayé, donde el editor lo supo incluir en una nómina de fotógrafos tan conocidos y talentosos como él:  Diaz-Burgos, García Rodero, Cañibano… Menudo dominio del HDR y de las distancias alcanza en este trabajazo.

C: (muy sobrao) Que sí, que sí. Ignoro la razón por la que lo llamaron para lo de Babalú-Ayé. Sin embargo, me imagino poniéndole la cabeza loca a todos entre mojito y mojito. A Pep Bonet lo debió llevar loco para que le pasara el procesado Melladator Plus a sus otros trabajos más comprometidos. “¡A eso le falta dramatismo hombre!”.

P: Lo llamaron porque es un grande y se codea entre los grandes, ¡hasta en PhotoEspaña! Ha formado a cientos de fotógrafos en este país. Y con muy buen criterio él mismo llama a su pericia técnica como fotografía de “alta calidad” o “inteligente” en su nuevo tratado. Sus libros son, como él dice, obras maestras; y las vende como churros.

C: (con los ojos saliéndose de las órbitas) ¡A este me gustaría a mí verlo disparando en analógico, en vez de con los pepinos esos que usa que te gustan tanto! ¡Y sin ordenador! ¡A ver qué leches hacía…! ¡Y tú eres un pirotécnico! ¡Eres un pirotécnico al que le ponen cachondo los histogramas derecheados! ¡No sé cómo he podido contar contigo para hacer fotografía de “verdadera” calidad!

P: (cerrando los puños) ¡Aquí todos los trascendentales con halos de modernete como tú lo criticáis, pero luego bien que usáis sus técnicas en secreto! ¿Si no para qué te compraste el libro? Ahora lo has tirado para que no lo descubran en la estantería tus amigos conceptuales ¡Falsorro!

C: (Gritando) ¡Anda y metete uno de tus pepinos por el oje…!

P: (Interrumpiendo y gritando también) Y tú corre a retocar fotos en tu imac, que he visto que tenías abierto el photoshop… ¡Me largo de aquí! ¡Que te den!

Salí de allí dando un portazo. No os riais porque, tras esta pelotera por culpa de Mellado, la continuidad del colectivo Cienojetes se tambalea…

Foto: V. Echave.

Foto: V. Echave.


¡Bam bam! Pensar y disparar

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Alberto Schommer, el reciente Premio Nacional de Fotografía, piensa que la fotografía “no consiste en un simple click y ver qué sale; para hacer una fotografía hay que pensar muchísimo antes de pulsar el disparador. Y se necesita, al igual que con otras disciplinas como la pintura o la escultura, una fuerza vital impresionante, mucho talento y una emoción interior al ir a disparar”.

Esto lo sabe de sobra Vari Caramés, que es el recentísimo ganador del Premio Internacional de Fotografía Pilar Citoler. El galleguiño, que es más listo que el hambre, sabedor como nosotros que el desenfoque en esto de la fotografía contemporánea funciona de miedo, con una sola imagen se ha metido de un plumazo al bolsillo los 15.000 pavos del concursete. Qué máquina, el Vari. Pim, pam, ¡bam!

Bam-Bam_Vari-Carames

“Bam Bam” (Vari Caramés)

Cuidado con malintepretar. No estamos diciendo que ‘Bam Bam’ sea producto de un accidente o una casualidad. Indudablemente, el premio ha valorado el poderoso discurso que lleva detrás la imagen así como “una trayectoria compacta”, como asegura el mismo Vari. A nosotros no nos parece que la imagen esté descontextualizada o aislada porque, aunque en alguna web se explica que la foto premiada es “una imagen difuminada de un campo de fútbol con portería y una figura humana de espaldas”, creemos que es el mismo columpio que sale en otra foto de su serie del año 2008  “Recreo”, que se puede ver en su web y que reproducimos aquí. Tendría su mérito ganar ese prestigioso premio con un descarte, si es que fuera el caso.

`Recreo´(Vari Caramés)

Columpio de la serie “Recreo” (Vari Caramés)

Vari dice que su arte fotográfico “es una ventana imaginaria, una manera de ver el mundo a través de, de dentro hacia fuera y de fuera hacia adentro”. En este caso, yo no sé si la foto es de fuera pa dentro, viceversa o cómo va. Lo que está claro es que es un fotón porque hasta el mismísimo Vicerrector de Estudiantes y Cultura de la Univ. de Córdoba, el Excelentísimo Sr. Torres, se ha dado cuenta. Y ha dicho que la imagen tiene “poesía” y evoca “el impresionismo”.

¡Vari! Con este premio que tú mismo reconoces que has buscado con anhelo durante varios años, ¡le has tapado la boca a todos esos fotógrafos perfeccionistas que han puesto el grito en el cielo al ver la foto desenfocada! ¿Pero habrá algo más intrínsicamente fotográfico que una foto movida o desenfocada?

No nos queremos centrar sólo en Vari. Hay algunas imágenes finalistas que merecen nuestra atención por la originalidad en sus temáticas y planteamientos.  Estalactitas y estalagmitas fosforescentes nos trasladan al mundo de colores irreales del desaparecido y grande Jorge Rueda (ah, pero éste es que pasaba de premios); densas neblinas oníricas nos llevan en volandas a lugares desconocidos…;  anónimos edificios abandonados nos trasportan a lo más oscuro de nosotros mismos…

Nos detenemos en dos de las fotos finalistas por poseer una de ellas una indudable calidad y por representar la otra lo que nunca debe de escapársele a un jurado de prestigio:

La primera es la de las piedras esturreadas. Esta, a primera vista, sencilla imagen se nos figura una premonición de la lluvia de incomprensión que le iba a llover al jurado cuando publicaran su fallo y al mismo tiempo es una metáfora magnífica que nos indica que el arte talentoso no se achanta, sino que se abre paso a pesar de los obstáculos que surgen en el camino.

La segunda es la foto de la joven india. No nos queda otra que darle un tirón de orejas al jurado al permitir una foto claramente deteriorada por varios sitios y cuyo rasgón más amplio le ha dejado a la pobre niña la boca como a Monchito. Intolerable. Hay que estar más atentos y mirar las fotos con esmero.

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“Base #01” (José Guerrero) y “Lona en calle” (Luis Díez).

Nos hemos quedado sin espacio para hablar de otro prestigioso certamen que se falló hace poco: el #Quesabesde2013. Sólo decir que siempre apoyaremos los concursos que, en vez de desorbitados premios en metálico, proporcionan a los ganadores más cámaras para seguir superándose en su buen hacer.


Filósofos de la fotografía. Hoy, Gonzalo Puch

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A mí me pasa lo que dicen Gilbert & George, que sólo pido estar con el arte. No me hace falta más. En cuanto veo arte contemporáneo del bueno, y si encima es fotográfico, me pongo como una moto puch de esas con las que hacía el cabra en mis años mozos.

Gonzalo Puch

Gonzalo Puch

Y hablando de la moto puch. Me acabo de acordar de un taller al que asistí impartido por otro Puch, Gonzalo, al que me llevó esta inquietud mía por el arte. Yo no sabía nada de este hombre, pero cuando me enteré que era profesor de la Facultad de Bellas Artes de Cuenca mi interés se acrecentó. Al poco tiempo de comenzar el curso, entendí por qué algunos conocidos humoristas del programa Muchachada Nui que estudiaron allí, como Ernesto Sevilla o Joaquín Reyes, ­­­­habían acabado así. Sin duda llevan en la cabeza la huella del genio.

Cuando lo presentaron en el taller, caí en que había expuesto hace poco en una galería murciana y que en 2008 había visitado una expo suya en el malogrado, por falta de la financiación de Cajamurcia (ya sabéis lo mal que están de perras los banqueros) festival Fotoencuentros. La expo llevaba por nombre Espacios, transeúntes… cosas inútiles.

Gonzalo Puch

Precisamente lo que más me interesó de lo que Gonzalo proyectó fueron sus fotos de cosas inútiles, esos originales bodegones domésticos en los que la inspiración se despierta en grado sumo con la observación pausada de la realidad cercana. Por ejemplo uno de los que embellecen este post, en el que el maestro se ve que había almorzado un poco de fruta y después de comer uva y mandarinas le apeteció fumarse un cigar y… brotó el arte. No penséis que esto ocurre de manera casual. No, no es que haya sonado la flauta; nuestro filósofo nos lo aclara: «Siempre preparo mis fotos con extremo cuidado. Hago primero un guión, y cuando ya lo tengo es cuando realizo la imagen (…) Salgo a la calle, fotografío una bolsa de basura y una bombilla, y luego me deprimo porque es horrible. No. Lo mío es crear sobre algo en lo que previamente he trabajado».

Aunque usa la fotografía como soporte principal, Gonzalo Puch ha  incorporado el vídeo en su obra, y sus exposiciones tienen muchas veces carácter de instalación. En sus multimedias suele enfrascar con generosidad a sus alumnos. Su inquietud sobre el presente y sobre lo que el futuro nos depara es una constante en su obra. Lo comprobaréis si os detenéis un momento a contemplar el siguiente vídeo, a todas luces imprescindible:

¿A donde irá con la garrafa este pobre hombre? ¿Quedará agua cuando llegue a su destino? ¿Y por qué corre? ¿Nadie puede ayudarle? ¡Qué desazón! Hombre y entorno, presente y futuro, en continua liza en este teatro del absurdo que es la vida. La versión completa del vídeo se puede ver en la web del artista. Un visionado exhaustivo nos ha permitido comprobar que hay un corte que no se ha sabido empalmar bien, dejando patente que nuestro artista -que aquí es también parte de la obra al intervenir como actor- tuvo que parar porque se le salía el higadillo. Así que desde aquí le recomendamos ejercicio aeróbico para adquirir fondo, por si alguna vez tuviera que salir por patas huyendo de los alumnos iracundos y decepcionados tras algún taller suyo, como dicen viperinas lenguas que alguna vez ha estado a punto de ocurrir.

Y es que entender el fotoconceptualismo de Puch está al alcance de muy pocos. Por eso, si hay dudas respecto a como enfocarlo, en internet podemos hallar sesudas reflexiones que nos ayuden. Por no ir muy lejos me quedo con la del crítico local Pedro Alberto Cruz.

Volviendo al taller al que asistí, me quiero quedar con tres momentos mágicos que tuvo el maestro. El primero de ellos fue cuando decidió proyectar unas escenas de la película Playtime de Jacques Tati, retirándose a una silla apartada en la penumbra. Los minutos pasaban y pasaban y Puch no sólo no cortaba la proyección, sino que parecía meditar concienzudamente sobre alguna de las escenas, ya que de vez en cuando hasta cerraba los ojos. A los 40 minutos de proyección alguien le preguntó “¿Es suficiente, Gonzalo?”; a lo que contestó: “Déjala, déjala un poco más”.

El segundo instante mágico fue cuando un alumno le preguntó qué significaba una foto suya: “Pues no sé, no sé”, contestó. Qué maestría al negarse a proporcionar cualquier orientación que entorpezca la interacción del espectador con la obra. “El palito que busca el agua lo tenemos que girar hacia nosotros”, dijo en el taller.

El tercer gran momento fue el segundo día del taller, al que inexplicablemente asistió muy poca gente. Puch comenzó a visionar los porfolios de los alumnos, a lo que llegamos enseguida ya que teoría dio muy poca. El maestro solía mirar las fotos con mucha atención y cuando terminaban siempre le parecían pocas. “¿Ya está? ¿Sólo 50 fotos?”, le comentó a una alumna. Sus consejos acerca de los porfolios eran breves pero acertadísimos: “me gusta”, “es interesante el trabajo”, “¿por qué no pruebas a fotografiar en color”, etc. Daba siempre en la diana.

Gonzalo Puch

¿Genio o jetas? Yo pienso que lo primero, por supuesto. Con esa gracia que tiene, que quita el sentío, el sevillano Puch forma parte de toda esa franja de profesores de talleres de fotografía que son imprescindibles, ya que con su sola presencia dan caché y empaque al curso/taller/aula a la que acudan. Muy torero él, Puch llega a clase y no le hace faltá ná. Se pone en el centro de la escena-plaza, y de perfil, brinda la faena al público. Sólo resta gozar con su saber y sus enseñanzas. ¡Ele!


Nueva campaña de la DGT con imágenes de Monzón

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Así es amigos. Y se debe casi a una casualidad. La Benemérita estaba investigando las imágenes de Óscar Monzón, ampliamente difundidas por la red de redes tras su exitazo en Paris Photo, por si vulneraban honores o intimidades. Pero las gestiones han dado un giro de 180º, ya que se ha pensado que son muy adecuadas para ilustrar un folleto que constituirá el punto central de una campaña para prevenir contra las distracciones al volante. Así que el expediente sólo ha tenido que ser trasladado de la GDT a la DGT. De meterse en un fregao de narices, el maestro del flash pasará a meterse en el bolsillo un buen pellizco por la reproducción en papel de sus fotografías. ¡Menuda potra!

No nos extraña tal decisión, puesto que como se aprecia en la imagen que adjuntamos, las fotos de Monzón superan en nitidez las que captan las cámaras de la DGT. Su mérito es, pues, incuestionable. Amén de que debe de tener un buen pepino de esos que acercan mucho, ya que no se le escapa detalle.

DGT / O. Monzón

DGT /  Monzón

Hemos hablado por teléfono con el carmático autor, que estaba de viaje por Tailandia, disfrutando del clima monzónico y de otros placeres, y resulta ¡que no sabía nada! No hemos podido conversar mucho tiempo con él, ya que nos dijo que iba conduciendo; pero sí que podemos asegurar que le hemos alegrado el día. Se ha puesto tan contento que incluso ha prometido regalarnos un ejemplar de su libro, inexplicablemente agotado en cuestión de días a pesar de que las fotos están pasadísimas de flash; pero a caballo regalado…

Desde Cienojetes nos alegramos de que las imágenes de un fotógrafo español al menos vayan a servir para algo útil.


Mi amiga quiere hacerse un book

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Sonó el teléfono. Eran las 7,30 de la mañana.

- “Hola, mivi*. ¿Te he despertado?”

Mivi es como me llama Jessica, mi nueva amiguita. Una choni muy cañón que me trajo el invierno y con la que suelo quedar los sábados.

- “Ay, Pepinos, que te llamo porque ya sé qué quiero para los Reyes Magos. Quiero que me hagas un book de fotos, como si fuera una modelo. ¡Pero que salga guapa ¿eh, mivi?!”

- “¿Y no te conformas con ropita del Stradivarius o un surtido de tangas del puesto de la Jenny, cielo?”

No había otra: si quería seguir pasándolo bien los sabadetes, iba a tener que regalarle el book a mi nena. Así que pregunté a un conocido que es fotógrafo profesional; pero su presupuesto no me gustó nada. Y eso que lo intenté todo: le pedí precio de amigo, que no metiera el iva, le dije que estaba mal de dinero… Nada: entre gastos de maquillaje, horas de sesión y retoque, impresiones, etc, el pájaro se subió a la parra.

La búsqueda por internet tampoco aportó ninguna oferta razonable. ¿Pero qué se piensan estos quitagranos? ¡Si eso lo hace cualquiera! El “lo hace cualquiera” resonaba en mi cabeza, hasta que un buen día me dije: “¿Y por qué no lo hago yo?”. Además se me estaba acabando el paro y quizás podría tener futuro como retratista.

Pero resultó que la cosa no era tan fácil. Los que se dedican a esto disponen al menos de un estudio, varios cuerpos de cámara de muchos megapíxeles, buenos pepinos, fotómetros, disparadores, flashes, paraguas, pantallas, reflectores, fondos… Lo único que me equipara a ellos es mi destreza con las herramientas del fotoshop. En eso soy un lince, como ya he demostrado sobradamente. Pero no tengo ni idea de cómo retratar, ni de cómo hacer posar, ni de iluminación… Así que también tendría que hacer cursos… ¡Brrr!

Estaba desesperado. Seguí indagando por la red sin muchas esperanzas y de pronto apareció la solución. Descubrí al maestro de la fotografía de modelos, el ingeniero Jorge Ascencio. Gracias a él me voy a ahorrar mucho tiempo y dinero.

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Pero, ¿quién es Jorge Ascencio?, os preguntaréis:

Primeramente, Jorgillo como él gusta de autodenominarse en facebook, es una persona muy completa: adicto a la lectura (“tengo una librería personal gigante con más de 300 libros y cada mes leo 6 nuevos”), equilibrado (hace meditación en la naturaleza), inquieto viajero de las Europas, un tío sano que ni fuma ni bebe siquiera carajillos.

En segundo lugar, y esto es lo que nos debe importar, el ingeniero Ascencio es todo un maestro de la técnica fotográfica; un profesional de campeonato, al que ya odian muchos fotógrafos, porque les dice a la cara grandes verdades: “desde que me puse a dar los cursos de foto, yo acaparé todo el mercado y no les dejé nada a ellos (…) los fotografos son muy aprovechados, no quieren que aprendas.” En su “autobiografía no autorizada escrita en tercera persona” me asombraron su sabiduría y generosidad. Allí descubrí que “enseña por gusto, y no por necesidad”, y que “su único interés como fotógrafo es hacer portafolios de modelaje a mujeres, porque con los hombres pasa”. En fin: él mismo expone magistralmente las razones por las que es el número uno en su campo.

El gran mérito de este fotógrafo es haber desenmascarado a tanto y tanto farsante en el mundo de la fotografía de retrato profesional. Él debe ser el referente, el espejo en el que se miren todos los fotógrafos de esta noble disciplina. Así que, ¡que no te la metan! Para fotografiar modelos “meterte a clases de fotografía es lo peor que puedes hacer”, “para ser fotografo no necesitas estudiar una carrera”. Lo que importa es hacer verdadera fotografía. No hay necesidad alguna de talleres inútiles, de pesados equipos técnicos, de complicarte la vida diseñando tu web, ni siquiera de alquilar un estudio. Con buen ánimo y un poco de música, cualquier exterior/interior puede ser válido, incluso hasta un rellano de escalera. Y un ventilador y una cortina, por muy rebelde que ésta sea, nos sirven para dar movimiento y crear un fondo bonito. ¡Creatividad, señores!

Yo os animo a bucear en las varias webs de este maestro de la fotografía, porque es inabordable resumir aquí tanta sapiencia. Os garantizo verdades como puños, útiles consejos y exquisitos contenidos.

A mi, y a quién no le ocurriría, me ha invadido una sana envidia, un deseo irrefrenable de ser como el maestro, de aprender de él, de dejar satisfecha a mi choni como él lo hace con sus chavas. Afortunadamente, descubrí en otra de sus muchas páginas que da clases on-line, porque como él mismo tiene que aclarar “despues de dar 1000 veces el mismo curso, la verdad ya se me hizo muy monotono repetir lo mismo como perico (…) La demanda de mi curso es tan grande que ya no puedo darlo de forma presencial”.

No me hacía falta más. Me decidí a pedirle a Papá Noel el curso del maestro Ascencio. Y aquí me tenéis, estudiando, a mis años, con renovadas ilusiones. Así que le he rogado a mi Jessy paciencia con su regalo de Reyes y le he impreso el libro gratuito en el que Jorge enseña a posar a las modelos para que, aunque ella ya tiene mucho estilo, se lo lea y aprenda alguna postura nueva, mientras yo me instruyo.

¡Sí, amigos! Mi Jessy tendrá su book; y yo voy a ganar pasta por un tubo fotografiando macizorras y, si me animo, diseñando páginas web también. Lo tengo decidido, porque este mundo de la fotografía de modelos es todo un filón y tiene muchas posibilidades. A fin de cuentas, ¿quien no conoce a alguien que, con esto de la crisis, se ha comprado una cámara réflex digital y sin antes haber hecho apenas fotos, leyéndose por encima el manual del gran JMM, ahí está, viviendo decentemente de la fotografía?

Quiero ir conformando un estilo propio que aune el uso inteligente del HDR con las más contemporáneas tendencias españolas en el uso del flash. Una mezcla entre los estilos de los Pastoriza: el de Pontevedra y el de Montevideo.

Fotos: Pastoriza

Fotos: Pastoriza (izqda, el gallego; dcha, el uruguayo). Difícil decantarse.

¡Nena, nene! Canaliza de forma inteligente tu ego. Sácale rentabilidad al gym, la esteticien y los tatoos. Eleva tu autoestima con mis fotografías. Yo te hago por muy poco dinero tu book digital ¡Dame más! ¡¡Dámelo todo!!

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* Mivi: en la jerga choni, contracción de “mi vida”. Está sustituyendo poco a poco a la más común “cari”.


Paquito, el delator

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A estas alturas todos conocerán a Paco Gómez y su best seller Los Modlin, porque aparece hasta en la sopa. Los que sean de Madrid y hayan frecuentado El Palentino conocerán además a este señor por las monumentales jumeras que pillaba en dicho bar. No pocas fueron las mañanas que llegaba con un resacón de aúpa al labo de Castro Prieto y la liaba. Que hasta se te olvidaba medir la temperatura de los líquidos de revelado, ¿eh Paquito?

Resulta que una de las que agarró fue tan monumental, que tuvo que ir a recogerlo su cuñao. Al menda le había dado por enseñarle los calzoncillos al personal en el bar y la cosa se estaba poniendo fea. Hasta que un cliente decente lo echó a empujones. En la calle del Pez siguió agachándose para enseñar la hueva, y fue de tanto mirar al suelo como dio casi de morros con las fotillos de marras. Y gracias a que el cuñao le ayudó a recogerlas porque él no hubiera podido en toda la noche. Que no pasó como lo cuentas en tu novelita, ¿eh Paquito?

Lo primero que ví al abrir el libro de Paquito

Algo así verían los que se encontraron con Gómez ese día (del libro de Los Modlin)

El otro día Gómez estuvo en Murcia nada más que para hablar de su libro, como Umbral. Su ambición no tiene límites y quiere vender libros y más libros. Luego va y dice que las perras son para gafas… Ahora que no nos extraña la jeta que tiene el ingeniero. Porque tú también eres ingeniero como el otro, ¿eh Paquito?

No contento con habérsela pegado a miles de fotógrafos, vendiéndoles un libro que casi no lleva fotos, Paco Gómez ahora la ha tomado con nosotros porque nunca le hemos mencionado en el blog. La gota que colmó su paciencia cayó hace poco, cuando vino a Murcia y comprobó que ni acudimos a saludarle, ni a pasarle la mano para ponerle el pecho palomo como hicieron otros.

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Retrato robot: Paco Gómez

Gómez tiene el alma más negra que la rabia que le corroe. Y como no soporta nuestro silencio, se ha querido vengar. Miró, preguntó, sobornó y cizañó; hasta que algun envidioso nos delató. Hace unos días publicó un retrato robot de nosotros en su twiter para cargarse nuestro sagrado anonimato y hacer saltar por los aires este proyecto. Pues bien: aunque se haya perdido parte de la gracia que tenía Cienojetes, ya que en este país está claro que unos desconocidos no pueden osar hablar de fotografía de aquesta manera…  Y a pesar de que el día menos pensado nos puedan insultar y/o agredir por la calle… Que sepas que no nos vamos a acojonar y seguiremos adelante. ¿Eh Paquito?



El concepto y la fotografía

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Micó ha hablado. Y cuando un teórico de esta talla habla, toca escuchar aunque no diga nada nuevo. Pero lo dice tan bien, tan extensa y rotundamente que el universo fotográfico se tambalea. Dice Jesús que para seleccionar obra para la Kursala busca aunar “la calidad estética o formal y la relativa a la idea y los contenidos del proyecto, lo que viene a denominarse como el concepto.”

Pero qué ocurre cuando un trabajo no contiene “la excelencia visual y la conceptual” a un tiempo, como debe ser. Es decir: cuando el concepto es excelente y las fotos parecen una mierda. O viceversa: cuando hay suma poesía u originalidad en las imágenes pero éstas no cuentan NADA (silencio). ¿Qué puede hacer el fotógrafo ante esta fatal descompensación? ¿Cómo puede hacerse escuchar con tamaña contradicción?

En estos casos, nosotros proponemos que ahonde en el discurso justificador y por ello recomendamos que, al igual que cuando uno aprende un idioma, el fotógrafo en formación vaya haciéndose con un vocabulario conceptual básico. Porque la fotógrafía, aun siendo un lenguaje visual, precisa, hoy más que nunca, de la palabra esclarecedora para no estrellarse en la incompresión.

Jorge Fuembuena: #02. Serie Crash

Por tanto, si la citada descompensación es tu problema y no tienes ni idea de como metérsela a tu público, lo que tienes que hacer es dotar a tu trabajo (proyecto se tiende a decir ahora como si estuviera siempre inacabado), tenga la forma que tenga (libro, exposición, porfolio…), de un texto introductorio que conceptualice adecuadamente tu fotografía, que le de cuerpo, que le otorgue el sentido del que carece. Y decimos bien: introductorio, porque has de insistir en que éste sea lo primero en que ponga la atención tu espectador, antes que en las fotos. Se trata de bombardearlo con un léxico portentoso que le haga sentir que tu idea y tus fotos son muy potentes, aunque éstas por sí solas no transmitan ni cuenten NADA (nuevo silencio). Si las imágenes callan, ¡habla tú por ellas!

Hay una exposición en Tabacalera Madrid en la que podrás enriquecer notablemente tu léxico fotográfico: Contexto Crítico. Un mejunje que reune a los más emergentes de la fotografía española. Quedan pocos días para que cierre sus puertas. ¡Visítala! Antes de acudir, no olvides tu cuaderno de notas y tomar algo para el dolor de cabeza.

Nosotros nos centraremos en las cartelas de la expo porque son oro molío. Muchas de ellas se podrían resumir en uno o dos párrafos breves pero los autores no escatiman vocablos y generosamente nos regalan complejas, pero clarificadoras, explicaciones. El efecto narcotizante de las palabras es instantáneo, ayudado por la iluminación ténue y la magia del edificio: el espectador antes de empezar a ver la primera foto del artista que toque ya está inmerso en un atontamiento similar al de Sthendal, que le hará creer que lo que van a ver sus ojos es la leche.

Ángel Luis González, el director de PhotoIreland, ha resumido su visita a la expo de esta manera: “Espacio 10 puntos, trabajos 7, textos ¡terribles!” Pero no, Ángel, erras. Lo que parece verborrea, barroquismo y redundancia no son sino exitosos intentos para que el concepto quede diáfano.

Fragmento de cartela de Vanessa Pastor con las frases más lúcidas subrayadas para interiorizarlas mejor

Fragmento de cartela de Vanessa Pastor con las frases más lúcidas subrayadas para interiorizarlas mejor

Voy a ser bueno y te voy a ahorrar trabajo. He seleccionado 8 autores de los 20 de la muestra (Guerrero, Paula Anta, Ali Hanoon, Salván, Tornero, Jesús Madriñán, Vanessa Pastor y Anna Huix). Y de ellos unas cuantas palabras y expresiones que usan y te vendrán bien para tu propósito. Algunas de ellas se repiten en las cartelas porque son palabras totémicas: mételas aunque sea con calzador en la teorización de tu proyecto, porque te darán suerte, te acercarán al éxito. Toma nota:

Proyecto, síntesis, mirada, estudio, búsqueda, propuesta, imaginario (colectivo), emerger, interactuar, profundizar, work in progress, estancia, entorno (personal), periferia, ausencia, presencia, concepto, identidad, honesto, subyacer, fragmentos de realidad, efímero, eterno, explorar, memoria (colectiva), olvido, referentes, visión poliédrica y transversal, recorrido, paraísos artificiales, realidad cambiante/dual, ética coyuntural, dócil y dominado, huellas del pasado, transformación, catalizador global, intersticios, silenciosa y tranquila, calma y serenidad, binomio equidistante en continuo conflicto, yuxtaposición, materialización, imprevisto, intuitivo acercamiento, atmósferas, articular, subversión, construcción de la identidad, contradicción, magnetismo, discordancia, simbiótica, inacabado…

A modo de ejemplo vamos a utilizar dos fotos de Alec Soth. No son trabajos completos, pero nos valdrán para demostrar que estas palabras son un excelente recurso parar articular el concepto, allá donde las esclafes. Fijaos como el texto puede ser válido para ambas imágenes:

Fotos: Alec Soth

Fotos: Alec Soth

“Esta mujer parece cuestionar su identidad. Su presencia se torna efímera. Ausente en una realidad cambiante, subyace en un entorno donde no puede interactuar, en un binomio equidistante pero en continuo conflicto entre las huellas del pasado y un imaginario paraíso artificial. Pero su mirada es honesta, eterna. Y sigue silenciosa y tranquila, con calma y serenidad, en eterna búsqueda de referentes. Sigue explorando y profundizando con intuitivo acercamiento en su work in progress.”


Esa foto ya la hizo fulano

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No falla. Cada vez que enseño fotos a un visionario, tarde o temprano sale de su experimentada boca el mismo comentario: “Esta foto está bien, pero ya la hizo fulano”. Ocurre siempre, ya sea taller, festival o visionado; hasta en reuniones informales. Allí donde muestro mis fotos, me entero de que siempre hay un “grande” que ya ha hecho una foto similar antes que yo. Es decir: que en el fondo soy un genio, pero siempre llego tarde. Soy capaz de hacer grandes fotos, pero no tiene mérito porque ya estaban hechas; y por eso ya no valen.

La pregunta que tenemos que hacernos es obvia: ¿queda alguna foto por hacer? Yo he llegado a la conclusión de que no, que ya está todo hecho. Salvo que se insista en hacer algo muy distinto; por ejemplo, algo que sea mediocre pero que tenga una carga conceptual brillante que lo haga bueno (para eso os puede ayudar el post del concepto) o algo alejado del lenguaje fotográfico clásico, algo más contemporáneo. Pero para estas soluciones, hay que valer.

Aaron Siskind

Aaron Siskind

Si el “esa foto ya la hizo fulano” también os jode a vosotros y os ha llevado a un punto muerto, sabed que no todo está perdido. No desesperéis. Hay salida. Y os lo voy a demostrar:

Lo primero que hay que hacer es olvidarse de ser original. Aunque no lo sepas, y aunque sea en las antípodas, alguien habrá llegado antes que tú a lo mismo. Mentalízate. Este punto es el más difícil porque exige grandes dosis de humildad, virtud repartida con cuentagotas por cualquiera de los mundos de la fotografía.

Para asimilar esta dura verdad, a mi me sirvió de mucho la meditación. Ponte cómodo en un sitio con pocas luces. Puede valer un bosque en penumbra, una apartada orilla al atardecer o tu humilde morada. Cierra los ojos y haz respiraciones profundas. Cuando estés relajado, repite al expulsar el aire estas citas bíblicas a modo de mantra: “Vanidad de vanidades; todo es vanidad. Nada nuevo bajo el Sol”.

Sólamente cuando hayas superado el punto anterior, es cuando tienes que pasar al siguiente: ponerte a trabajar, a hacer fotos. La cuestión es revertir el proceso: no ir de lo pequeño a lo grande como pretendías hacer antes infructuosamente, sino de lo grande a lo pequeño. Tienes que reinterpretar las fotos de los grandes, de grandes fotógrafos. Mejor si no son muy conocidos, cosa frecuente por otra parte.

Con todo esto, además ganarás en credibilidad porque estarás demostrando que sabes de fotografía y que tienes referentes. Los referentes son imprescindibles en fotografía; sin ellos no vas a ningún lado.

Bill Brandt

Bill Brandt

¿Cómo se lleva a cabo esta recreación, la citada reinterpretación? No queráis que os lo dé todo hecho. Es cuestión de echarle imaginación. La mayoría de las ocasiones no es necesario esforzarse mucho. Busca tus métodos.

Bueno. Lo mejor es dejarnos de palabrería y verlo todo con un ejemplo. Habéis visto que hemos ilustrado este post con dos fotografías de dos maestros: Siskind y Brandt. A continuación, bajo estas líneas, la muestra de como una lectora de nuestro blog ha sabido reinterpretar sus fotografías a la perfección, sólo con cambiar un poco el punto de vista y añadiéndole color al asunto. Un acierto esto último, porque hoy en día el blanco y negro cada vez se lleva menos. La única pega, pero subsanable, es que se ha olvidado de citar a los referentes en su texto explicativo. Por lo demás, impecable y muy creativo, como todos los demás trabajos de esta autora.

Tola Castillo

Tola Castillo

Seguro que vosotros conocéis más ejemplos, ¿verdad?


Una palabra vale más que mil fotos

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Lewis Hine no llevaba razón. El que dijo “si pudiera contarlo con palabras, no me sería necesario cargar con una cámara”, se equivocó de lleno.

Ya os hemos dicho de varias maneras que el concepto en fotografía a día de hoy es imprescindible. Es por esto que en Cienojetes hoy inauguramos una nueva sección, una página fija. Se trata del diccionario fotográfico cienojetero, disponible ya para todos los estudiosos de la fotografía.

Nuestra intención es doble: por un lado enriquecer el discurso conceptual fotográfico de quienes nos leen; por otro, dotar a nuestros queridos lectores de un conocimiento básico en términos frecuentemente usados en Cienojetes y que, si no se captan en todo su significado, impiden la correcta asimilación de las sesudas reflexiones que proponemos en cada uno de nuestros post.

Asimismo os queremos proponer un juego que será al mismo tiempo un ejercicio para vosotros. Aunque ya podéis encontrar varios términos, nuestra intención es que el diccionario esté en constante actualización. Así que os invitamos a que en los comentarios de la página del diccionario nos dejéis vuestras palabras y definiciones. Las mejores aportaciones serán integradas en el diccionario.

¡Ánimo y a colaborar desde ya mismo, amigos! ¿Quién es el primero?
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Terry Eiler,1944


¿Se puede vivir de la fotografía de autor?

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Amigos, la cosa pinta mal. Hace muy poco me enteré de que Kowasa, la famosa librería-galería especializada en fotografía, pide ayuda a gritos y, salvo milagro, cerrará sus puertas próximamente. No sé si éstos se pensaban que los fotógrafos, que son los únicos que compran libros de fotos, iban a pagarles a ellos cuando pueden obtenerlos más baratos, sin IVA o incluso gratis de la manos de los propios autores. ¡Apoyemos al menos con likes en facebook!

La pregunta viene sola. ¿Es que no se puede vivir de la fotografía en España?

Tengo claro que la fotografía BBC puede dar mucho dinero. Me pensé el asunto cuando quise hacerle un book a mi nena. Pero reconozco que el posturero del mundillo de la fotografía de autor me seduce más. Además, mi psiquiatra me ha aconsejado que entre los dos caminos, tire por éste por el tema de reforzar el ego: la autoestima y tal. De hecho, sabéis que ya le he dado vueltas al tema, gastándome los cuartos en talleres y visonadores, muy animado a realizar un proyecto personal, como recomienda el bueno de Valbu. Y tenía intención de ponerme a ello, en cuanto se me terminara el paro.

Pero cuando ya me estaba creyendo que empezaba ser algo más que un número de teléfono, ante esta noticia de Kowasa, me ha asaltado un tropel de dudas. ¿Y si llego a ser un genio de la fotografía y a pesar de todo muero en la miseria como el gran Atget, o sin que nadie sepa quien fui como Munkácsi?

Concretizo las preguntas entonces. ¿Se puede vivir en España de la fotografía no comercial, de la fotografía creativa? ¿Con la fotografía de autor se puede hinchar la cuenta corriente y no sólo el ego? ¿Hasta qué punto la crisis afecta a nuestros fotógrafos artistas? Porque así desde fuera la sensación que da es que, salvo pocos afortunados, esta es una tropa de vendedores de crecepelo, cansados de recorrerse España con la caravana porque al final siempre van los mismos calvos a verlos. Muchos de ellos compaginan las fotos con la docencia, pero hasta las escuelas de renombre, que en este país son privadas, están en números rojos. Algunos ya se resignan a hacerlo todo casi gratis: conozco a uno que se ha hecho camarero y se conforma con que la administración le edite un catálogo y le de unos cuantos para repartir a los amiguetes.

En fin. Me he puesto a investigar por la red antes de tomar una decisión y ¡tela lo que me he encontrado! Parece que con esto de la crisis, muchos de los fotógrafos contemporáneos de renombre tienen actividades paralelas para ir tirando. Incluso algunos hacen otro tipo de fotografía que les da más dinerito; unas fotos muy distintas de las que presumen en público, en los saraos de los modernos. ¡Qué calladito se lo tenían! Estoy que me subo por las paredes.

Martin Munkácsi

Martin Munkácsi

  • Óscar Molina. De este pájaro ya hablamos hace un tiempo en Cienojetes. Pues parece que no sólo fotografía cajitas de acuarelas. Conociendo las dos, a cual de sus dos webs vais a entrar más? ¿A la de siempre o a la de retratos?
  • David Jiménez. Este fotógrafo se ha hartado de que la gente no sepa entrar a su web y a pesar de haber vendido libros hasta el infinito, ahora se ha tirado de lleno al mundo de la música y tiene otra vida como cantautor. A ver si le va mejor, porque se empeña en no dejarse barba larga y así no, David. Así no se venden fotos de la India.
  • Mellado. Ni el mismísimo se escapa de la crisis y ha tenido que arremangarse y hacer fotos de bodas. ¿Será que las performances y sus libros de alta calidad no le dan para un elevado tren de vida?
  • Valbuena. Este es el que he mencionado antes, que va por ahí dando talleres de cómo ser fotógrafo en el siglo XXI y afrontar la crisis económica. Pues todo apunta a que se queda con todo el personal y nos está tratando como si fueramos muñequitas.
  • Matías Costa. Otro moderno que quiere hacerse rico con la guitarrita.
  • Mikel Bastida. A este se le ha ido la cabeza con tanta batallita. En su otra web se define como ex-integrante de la Federación Galáctica. No creo que esto le dé mucho dinero, pero ¡adelante con el libre pensamiento!
  • Ricky Dávila. Famoso por ser uno de los guaperas de la actual fotografía española, debido a sus seductores ojos claros y su vocabulario engatusador, se ha ido a hacer las Américas aprovechando su atractivo.
  • Ana Galán. Sale hasta en la sopa. Este año el Pa-ta-ta incluso es casi un festival monográfico dedicado a ella. Pero no le basta. Quiere más. Su hambre no se sacia.
  • Juan González. Estar en el Diccionario de los Fotógrafos Españoles no da de comer. Acertadísimo su cambio de registro fotográfico. Mucho más actual y efectista.
  • Juan Carlos Martínez. Va a ser que música y fotografía tienen mucho que ver. A este le ha dado por tocar el bombo para de esta manera, poner sonidos a su mirada voyeurística. Bien.
  • Ana Nieto. Ya sabíamos que era una aficionada a la botánica. En su otra web opta por una fotografía más bonita, más natural, mucho más accesible que esas cosas raras que hace en su web seria.
  • Xavier Ribas. Los pleitos le darán más dinero que las fotos.
  • Txema Salvans. No estoy seguro si será él, pero todo apunta a que sí, por su querencia a fotografiar cierto tipo de mujeres. Aquí lo hace de un modo más práctico y directo. Gracias por este estupendo manual de fotografía Night Club.

En fin. Podría seguir con alguno más. Pero creo que ya es suficiente para que os hayáis quedado como yo, de piedra. ¡Se nos caen los mitos, muchachos! Nos quedamos sin referentes.

Destrozado ante la falta de honestidad (esa virtud de la que muchos hacen gala) y las dobles vidas que llevan algunos de los nombres de la fotografía española contemporánea, bajo al bar y me doy de bruces, en el periódico de la barra, con esta frase de Díaz Burgos:

Diario La Verdad (12-5-2013)

Diario La Verdad (12-5-2013)

No sólo las fotos, maestro, no sólo las fotos. ¡Cuánto pájaro, madre mía!


¿PHE vs Fotogenio? ¿Cuál es el mejor?

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No le vuelvo a hacer caso al Sr. Canon. Porque no es lo mismo ir a un festival que te pilla a menos de una hora en coche que zamparte 400 Km. al volante para que te la metan doblada. Ayer fue fiesta en la Comunidad Autónoma de Murcia y al menda no se le ocurrió otra cosa que hacerle caso al amigo y trasladarse todo el puente a la capi. Y todo porque el señorito con ansias de modernidad se había empeñado en ir a ver lo más emergente y cool de la fotografía española.

De regreso se lió, porque no pude callarme. Más o menos así pasó:

Pepinos: Una vez más hemos perdido el tiempo y los cuartos. ¡Menuda metida el Pe-hache-é ese! Otra pa-ta-ta más.

Canon: ¿Pero qué dices, Nicon? Está claro que PHE probablemente es a día de hoy el mejor festival internacional de fotografía y artes visuales de toda Europa.

P: ¡Una leche! Más cercano y mejor tenemos el Fotogenio, que en un fin de semana logra reunir a más fotógrafos que PHE en tres semanas. 1200 asistentes en esta edición. ¡Nada menos!

C: ¡Bah! Eso no tiene mérito. De todos esos frikis con los pepinos colgando que van allí, sólo repiten 200. El resto cambian cada año porque son los aficionados que se han comprado la nueva Eos 5D Mark VI y se creen el nuevo Salgado. Pero en unos meses abandonan y además con graves problemas de visión, por forzar los ojos con tanto postprocesado HDR.

P: ¿HDR llamas a unos mínimos ajustes? ¿Y quiénes asisten a PHE? Los postfotógrafos esos que, en el fondo, aspiran a ser tan populares como Salgado. Los cuatro posthipsters que quizás podrán entrar alguna vez dentro del mini-circuito ese de elegidos. Esos que se creen en el ombligo del mundo pero que sólo se conocen entre ellos. Esos que están siempre en el caralibro o en tuiter, mecenándosela los unos a los otros, pero poniéndose verdes a las espaldas por la tirria y la envidia que se tienen. Los emergentes pedospé. Los de los proyectos workinprogress con titulitos en inglés. ¡Anda ya!

Foto de Joel Robinson

C: (poniéndose profundo) Por lo menos esos modernos que tanto odias te cuentan algo con sus fotos. No como los medallistas que se tiran un día entero para hacer una sola foto que no dice nada y luego colgarla en el flickr para chuparse la gaita los unos a otros. ¿No es mejor contemplar un paisaje que convertirlo en uno tan irreal que parece sacado de la película avatar?

P: ¿Estás insinuando que a los que les mola Fotogenio son tontos? Pues que sepas que hasta expiden un Título de Experto Universitario en Fotografía. ¿Y eso del Master y de la Escuela de FotoEspaña qué es? Con razón le han puesto Pica, porque van a ver cuánto incauto pica. Por lo menos Fotogenio es un festival donde se aprende, donde los grandes maestros se remangan y te explican la regla de los tercios si hace falta. ¡Ni un solo dato EXIF he visto en las cartelas de PHE! Sí mucha búsqueda efímera, visión poliédrica y presencia de la ausencia… Palabrería y más palabrería conceptual. A todos esos los ponía yo a cavar huertos urbanos en la periferia esa que tanto les gusta.

C: Pues si después de años dedicándose a la fotografía de alta calidad, lo mejor que tiene uno de tus maestros es decir en una conferencia ante cientos de personas qué es la proporción áurea, eso lo dice todo. Y si todo lo que el genial público tiene que preguntarle a Salgado es por qué son tan planas sus fotografías… ¡Menuda cara se le quedó al brasileño cuando le confirmaron que era esa la cuestión! “¿Mande?”

Foto: mazarron.es

P: Mira. En Fotogenio las autoridades locales se vuelcan con el evento y los concejales dicen que es el “mayor encuentro de fotógrafos de España”. ¿Ha dicho algo la Botella de lo relaxing que es pasar una tarde viendo exposiciones en PHE? ¡No! Porque cuando llevas cinco se te pone la cabeza loca de las metidas que llevas y más loca aún de pensar en las que te quedan.

C: (elevando la voz) ¡Claro, claro! ¡Es mucho más glamuroso celebrar un festival en una nave de tomates que en el Círculo de Bellas Artes. ¡Eso sí que es qualité, chaval! (Dándole una colleja a Pepinos. El coche da un volantazo, pero Nicon consigue controlarlo y regresar a su carril).

P: (gritando) ¡Pues sí! ¿Qué pasa? ¡En la nave Paloma y no al aire! A la sombrita, bien resguardados del sol mazarronero. El Círculo… ¿el Círculo ese de señoritos donde hasta ha expuesto Ouka Leele?

C: ¿Pero dónde están los fotolibros de autor en Mazarrón? ¿Y los colectivos? ¿Y las exposiciones? Que sólo suele haber una y con fotos en cartón-pluma pegadas con chicle.  (Dándole manotazos en el hombro a Nicon) ¡Dimeeeee, Pepinoooos, dimeeee!

P: (soltando las manos del volante y zarandeando a Nacho) ¿Y dónde te enseñan en España en tres días a fotografiar cielos estrellados, a jugar feliz como un niño con las luces y a afotar pájaros silvestres? ¡¡¿Eh, dónde, dóoondeeee pajarraco?!!

En estos momentos pierdo el control del vehículo que tiene una salida de vía y cae por un terraplén de La Mancha albaceteña. Como caballeros de triste figura permanecemos sentados en la cuneta dos horas, esperando a la grúa, sin agua y sin mediar palabra alguna. Al fondo modernos molinos de viento mueven sin cesar sus aspas metálicas y parecen decirnos una y otra vez: “¡Tooontos, tooontos!”

Ramón Masats

De esta guisa quedó el utilitario. (Foto: Ramón Masats).

Y nos llamaban exagerados con lo de los universos paralelos. Hasta en las carnes sufrimos la pirotecnia y la trascendencia. Nueva pelotera y nueva crisis, y no es la primera, del colectivo Cienojetes.

Encima, el coche era el mío.


¿Y mi trozo del pastel?

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Hace poco tiempo me armé de valor y decidí presentarme a lo que pensaba era un prestigioso premio internacional de fotografía de autor. Ingresé 40 euros a la organización, envié unas fotillos por correo electrónico y no tuve más que esperar. Días después recibía una llamada en la que se me comunicaba que había obtenido el primer premio.

No cabía en mí de gozo. Por fin llegaba un trampolín hacia el éxito. Mi interlocutora me informaba de que el reputado galardón incluía una exposición y la publicación de un fotolibro-catálogo. Después de felicitarme, la señorita me preguntó si conocía las condiciones del premio que iban contenidas en no sé qué bases. Pero yo ya era presa de la emoción y casi no la escuchaba. No dejaba de pensar en lo que estaba por venir: en el famoseo, en dejarme barba ante la futura inauguración, en comprarme nuevas gafapastas, en codearme con los popes en festivales y saraos, en las ganancias venideras, en las hipsters que me iba a ligar… Yo le contestaba a todo que sí con una sonrisa de oreja a oreja. “¡Sí, sí, gracias, gracias!”.

Decidí celebrar el triunfo con un fin de semana de comilonas y copas con los amigos. No tuve problema en que me fiaran en los bares diciéndoles que en breve iba a cobrar un pastizal. A mediados de la semana siguiente, y una vez superada la resaca, me puse a trabajar en las fotos. Yo sólo había presentado doce fotos, dije que mi proyecto era un “work in progress” y la verdad es que no tenía hechas muchas más. Me puse como un loco a fotear y fui a lo seguro: cama deshecha, retrato desenfocado de espaldas en una ventana, farola en la noche… con eso y un poco de concepto quedaba completado el proyecto.

A los días se me ocurrió mirar las bases esas. “Oh oh, aquí no dice nada de premio en metálico. ¡Tiene que ser un error, copón!”.

Cuando descubrí que había finalizado el plazo para renunciar al premio, me desmayé. Todo consistía en una exposición en un reputado museo de trajes regionales. La producción y envío de fotos las tenía que costear yo. Para el fotolibro me daban unos 500 eurillos y el resto también lo tenía que apoquinar yo. Eso sí: muy amablemente me sugerían que las fotos fueran bien grandes. “A tu proyecto le pegan unas cajas de luz a lo Jeff Wall, de 2x3m por lo menos. Pregunta por mi primo Paco el carpintero y dile que vas de mi parte”. Por lo demás, me daban un 20% de las ventas de unas fotos que no compraría ni el tato porque nadie me conocía. Y del libro se imprimirían unos 200 ejemplares; tenía derecho a quedarme con la mitad para vender, regalar o lo que quisiera. Resumen: 500 euros, una pared y cajas de libros que acabarían en mi trastero, es lo que tenía.

Pregunté por ahí y cuál fue mi sorpresa cuando me decían que eso era lo normal, todo era muy normal. ¿Qué pasa, que o se da el pelotazo o aquí todo el mundo cobra, menos el autor? Me sentí una especie de E.T.T. que daba trabajo a todo el mundo pero sin oler un céntimo.

A la inauguración fueron muchos amigos, que no compraron nada, pero a los que tuve que agradecer su asistencia poniéndoles vino y jamón, a mi cargo, claro. Lástima no haber ido antes a algunas expos algo p-2 de PHE 2.0 14, porque con unas fotocopias y unas chinchetas también hubiera resuelto la papeleta. Al menos me ahorré la empresa de catering porque me ayudaron a servir unos amigos en delantal, a los que tuve que regalarles libros y pagarles el viaje, claro.

Estaba asombrado con lo que generaba mi arte fotográfico; con el movimiento económico que se movía en torno a unas pocas fotografías mías. Y al mismo tiempo con la cantidad de dinero que orbitaba alrededor de mi persona creadora sin que pudiera echarle mano. Cobró todo dios, excepto yo. Recordando de pasada, sacaron tajada del pastel:

  • Los que organizaron el concurso
  • El pintor de brocha gorda
  • El montador
  • El interiorista
  • El impresor
  • El diseñador
  • El del laboratorio y tienda de fotografía
  • La empresa de telefonía (tuve que hacer cientos de llamadas)
  • El que cría el cochino
  • El viticultor y el bodeguero
  • Los del jurado
  • El supermercado
  • Ikea (al final compré marcos baratos)
  • Los hosteleros
  • La Renfe y el taxista
  • El banco (pedí un préstamo para poder pagarlo todo)
  • El psicólogo.

Seguro que hay comensales de los que me olvido. Os dejo a vosotros completar el pastel a vuestro gusto. Lo que está claro es que las ganancias del fotografo suelen ser negativas. Todo pérdidas.

Un día, muy desalentado, me puse a hablar del tema con un amigo, fotógrafo reconocido, que alguna vez había sido miembro de un jurado de este tipo de convocatorias.

- “Con unos cuantos ilusos como yo, este país se levanta. Pero con estas condiciones tan cojonudas, con estos chollos, los fotógrafos de autor, salvo que sean de otro mundo o afronautas, ¿de qué viven? ¿En qué cobran estos tíos, en qué?”, le decía amargamente.

- “Les pagan en ego, Pepinos, cobran en ego”, me contestó. “La próxima vez, léete las bases”.

- “Toma, contesta tú, por favor. Di que no estoy. Es el del bar preguntándome cuando voy a pagarle la púa”.

Postdata.

Aquí cobra todo el mundo y Nacho y yo a dos velas. Encima nos acusan cada dos por tres de hacer marketing viral y nosotros no sabemos ni lo que significan esas palabras por separado. Hasta el momento el blog sólo nos ha dado muchas alegrías; pero de oler billetes, nada, oigan. Así que vamos a ver si al menos cubrimos gastos, aunque sea para pagar la gasolina y poder ir a los saraos; o para costear el mantenimiento de la web. Lanzamos nuestra propia gama de productos. Pincha en el enlace para conocer:

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¡Los productos Cienojetes!


Filósofos de la fotografía. Hoy, Ouka Leele

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La que le ha caído a la pobre Ouka Leele por querer ganarse las habichuelas. A caer de un burro por una fotografía. ¡¿A dónde vamos a parar?! Las críticas a esta mujer (recordamos: Premio Nacional de Fotografía) tienen un tufillo envidioso que nos recuerdan a las que sufrió Cristina García Rodero cuando le hizo las fotos a los ahora monarcas. Y es que algunos se piensan que los fotógrafos viven del aire. Pues no, a veces deben aceptar encargos para ir tirando, como le ocurrió a Lachapelle con una foto de corte similar que le hizo a los Kardashian como postal navideña. Parece ser que el hombre se negó al principio, pero luego entró en juego la persuasión de Kim y 250 mil dolares que le vendrían muy bien para echarle algo a la olla. Y es que no sólo de ego viven los fotógrafos.

Lo que ha hecho Ouka, ¿no es simplemente ejercer de fotógrafa y “acariciar con sus colores a todos los de Sálvame”? Qué duda cabe que la artista ha logrado “una foto de las que dejan huella”, dándolo todo”, hasta quedándose “sin vacaciones”, como ella misma dice.

Foto: Ouka Leele

Ouka Leele (foto para Telecinco)

Ouka no es como aquellos de los que habló Bill Jay cuando dijo que “la triste realidad es que la mayoría de los fotógrafos no escriben o discuten sobre su propio sistema de valores porque no lo tienen…”. No. Ella no es así; y para demostrarlo usaremos algunas reflexiones de su cuenta de Twitter (en letra cursiva):

- A aquellos que acusen a Ouka Leela de ser oportunista y pesetera, les diremos que su fotografía y ella misma están cargadas de reflexión interna y trabajo duro:

  • Cada día miles de fotos hasta caer exhaustas por la noche… Asturias es un escenario con un despliegue de luz sorprendente a cada segundo.
  • Estar con quien sentir, con quien ser, o con quien charlar, o estar. Elijo con quien ser. ¿Ser o estar? No hay dilema, por supuesto, ser.
  • Me encantan los mensajitos del Yogu Tea… pic.twitter.com/l0OfFBGEYv

- A todos los que acusan a Ouka de vulgar por fotografiar a gente del periodismo rosa, les diremos que es una persona muy espiritual, atenta a todo lo que le rodea. Tiene un alto grado de iluminación, como sus imágenes:

  • En el cielo siempre hay algo, al levantar la vista. http://instagram.com/p/oLNwFckjgU/
  • Estoy en el retiro, oigo como una explosión y miro hacia donde ha sonado. Un árbol entero ha caído. pic.twitter.com/Pdv8gGi8IN
  • Hoy una garrapata gorda como una habichuela caminaba por el sofá. Qué bien, pensé, que los parásitos decidan marcharse por sí mismos.

- A todos aquellos que han acusado a Ouka de traicionar la más pura esencia de la fotografía en cuanto disciplina artística, les diremos que Ouka siente amor profundo por todo arte:

  •  Pregunatarle (sic) a un artista ¿cómo ve el panorama del arte en su país? ¿No es un poco absurdo? Su panorama es intangible y su ley muy diferente.
  • Me preguntan: ¿qué hace a una fotografía convertirse o no en obra de arte? Caramba con la preguntita…
  • Monacalmente existiendo. El arte nace del silencio. Yo no encuentro otra manera.

- A todos los que le acusan de barroquismo y artificiosidad, les diremos que el amor por las cosas sencillas le caracteriza; para ella el tamaño no es lo que importa:

  • Lo de verdad, es fácil, lo bueno es fácil. Sólo es complicado lo que no nos corresponde, lo que no es.
  • Ayer llovía. Paseando Madrid, qué extraño se me hizo, no tener que tener cuidado para no pisar caracoles…
  • Hay fotógrafos que hacen fotos que quedan muy bien como posters de IKEA, cuidado con esas fotos, mejor darles un repasito o deshecharlas.

- A todos los que acusen a Leele de individualista, les decimos que ella siempre brinda su apoyo a los grandes maestros de la fotografía:

Foto: mcu.es

Foto: mcu.es

Recordemos que una de las primeras atribuciones que se otorgó al retrato fue la de inmortalizar al modelo. De hecho, en las antiguas civilizaciones sólo podían acceder a este honor los personajes de más alta condición. Así, por ejemplo, ocurría en el Antiguo Egipto con los faraones, divinidades para sus súbditos.

Ouka, tú has sabido entender cuales son los nuevos dioses y los has puesto en conexión directa con el pueblo español, empleando tu fotografía simbolista y llena de color. No te preocupes si la feroz crítica no ha sabido entender tu obra. A pesar de que tú misma dijiste en la tele que la ves poco, es alucinante el estudio psicológico de los retratados que has llevado a cabo apenas sin conocerles. Has sabido ahondar en el subconsciente de los inmortalizados, captando la esencia vital de cada uno de ellos, toda su profundidad. Lo tuyo es toda una reinterpretación del retrato de estudio, que aúna nuevos caminos fotográficos con la mejor tradición pictórica simbolista. Nuestra enhorabuena.

Ouka. Sabes bien que con el tiempo, como tu hija le dijo a Jorge Javier, esta foto “va a pasar a la historia, tanto si gusta como si no”. Yo sé que mientras la luna esté negra, estarás escondida. Bien que haces.



Nos vamos de vacaciones (con concurso)

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Con el final de mes Cienojetes se va de vacaciones y cierra su segunda temporada. Nos vamos cansados pero muy felices porque vamos creciendo día a día.

Muchos de vosotros ya tenéis nuestras camisetas o estáis a punto de recibirlas; y otros las estáis pidiendo estos días. Espontánemente ha ocurrido que algunos cienojeteros han empezado a mandarnos fotos con su camiseta puesta, como dando fe de la feliz recepción del envío. Así que se nos ha ocurrido convocar un concurso. Se trata de que nos enviéis retratos o autorretratos (perdón, ahora hay que decir selfies), presumiendo de espíritu Cienojetes este verano. Pueden ser fotos formales, gamberras, cachondas, conceptuales, pirotécnicas, trascendentales… In common or uncommon places. ¡Echadle imaginación! Las ponéis en Facebook o Twiter y nos lo hacéis saber, enviándonos un mensaje, un mail, etiquetándola, etc. A la vuelta de vacaciones elegiremos la foto más…, mmm, más… la mejor. Y al/la artista le enviaremos una camiseta gratis.

¡Muchas gracias por estar ahí y feliz verano!

 

camt1


Los 7 pecados capitales en la fotografía: la lujuria

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Lo confieso. Ni Cartier Bresson, ni Stephen Shore, ni Capa, ni Soth. En esto de las fotos, mi referencia más absoluta es Spencer Tunick. Bueno, él en realidad se considera un artista visual, así que precisamente por eso creo que es un fotógrafo muy contemporáneo.

¡Y tan visual! Admiro a este tío porque como ya se dijo de él es el “que más gente desnuda ha visto en la historia de la Humanidad”. Yo sueño imaginándome que de mayor soy como él; trabajando entre cientos de cuerpos desnudos, en esas enormes instalaciones -como él, que es muy listo, gusta llamar a sus trabajos-, colocando a la una y al otro en la posición que yo quiera… Cachondo perdido por dentro pero disimulando por fuera con un rictus serio y reflexivo, de profesional de la performance fotográfica. Dominando la escena, vigoroso.

En 2003 el colega vino a fotografiar a Barcelona, batiendo su record de voluntarios. Y allí estaba yo, de modelo suyo entre 7000 personas en porretas. Es que como los españoles de calientes, ningunos, oiga. ¡Me puse fino, queridos! Ya me hubiera gustado hincharme a hacer fotos, pero no había forma de esconder la cámara sin que fuera descubierto. ¡Ay, lo que hubiera disfrutado con unas Google Glass de esas que venden ahora…!

Y digo yo. ¿Quién en realidad reflexiona ante estos paisajes desnudos, esas masas de cuerpos en pelotas en espacios públicos, sobre el significado verdadero de la desnudez humana? ¿Quién se calienta la mollera sobre dónde están los límites entre lo púbico y lo público, lo moral y lo inmoral, lo permitido y lo prohibido, lo gregario y lo solitario, Sodoma y Gomera, etc.? ¡Nah! Lo que Tunick despierta en cada uno de nosotros es el insaciable voyeur que todos llevamos dentro. ¡Pocas noches he pasado yo descargando imágenes suyas de internet e interpolando a machete para poder ver bien los detalles…!

Hace meses le envié mi c.v. a Spencer a ver si me contrataba como ayudante. Pero no he obtenido respuesta. Así que, para satisfacer mi voyeur fotográfico he optado por un plan b: un curso de fotografía de desnudo artístico, para convertirme en el nuevo Helmut Newton, otro de mis ídolos. La crisis no ha podido con el culto al cuerpo y estos talleres siguen teniendo demanda. Hay buenos tutoriales on line del tema, pero ya sabéis que para aprender cualquier cosa lo importante es el contacto directo. Aquel que quiera dominar por completo el arte ecuestre tiene que saber montar a pelo.

helmut-newton

Lo primero que hice fue asegurarme de que el curso incluía prácticas con un modelo real, que éste era mujer y que habría desnudo íntegral. La fotografía artística de desnudo tiene que ser sin ropa: con lencería tiene su cosa, pero esas fotografías con tanguitas o con telitas pudorosas tapando pubis no llegan a ser fotos potentes, lo siento. Pero tengamos en cuenta que los buenos talleres de este tipo se caracterizan por no utilizar el cuerpo como mero objetos de reclamo publicitario; el concepto y la reflexión están por encima de todo eso. Eso es lo que yo buscaba; así que mucho cuidado con llamarme salido y pensar mal, ¿eh?

El día correspondiente me encaminé, con mi réflex, hacia el taller. Salí con unos pantalones anchos, con la holgura suficiente como para estar cómodo a la hora de moverme para disparar. Portaba además mi colección de pepinos y las tarjetas limpias como el jaspe. Como me temía, la gran mayoría de los asistentes eran maromos, con un rango de edad concreto, muy interesados en el mundo de la fotografía de desnudo, pero sólo femenina. Me llamó la atención uno, que iba todo el día con un objetivo de serie L bien tieso y que solía limpiarse cada cierto tiempo la babica. Se ve que tenía problemas digestivos.

El tiempo pasaba lento con las explicaciones, hasta que llegó la anhelada sesión con una modelo que estaba como un tren. Cuando llegó mi turno de practicar, comencé como un poseso a disparar en ráfaga desde todas las posiciones. Perdí el control. Comencé a gritarle a la modelo expresiones del tipo: “¡¡Sí, así, más, dámelo todo…!!” Yo no paraba de ponerla en distintas posturas, que había aprendido gracias al maestro del modelaje, hasta que me pasé de incidente, tocándola exposímetro en mano. Me expulsaron del taller.

Aun así, la experiencia me sirvió para empezar a entender de qué va esto del desnudo artístico; a dominar luces, composición, encuadres, poses. Fui a la biblioteca y saqué algunos libros especializado en el tema, que estaban muy manoseados, la verdad.

Al mes había conseguido montar un discreto estudio en el trasterete de mi vivienda, con un cómodo minisofá para re-posar, un par de sábanas y un buen trípode. Ahora que ya me había especializado e incluso llevaba tiempo profundizando en el tema en algún que otro foro, llamé a unas cuantas amigas intentando convencerlas para que posaran para mí. Angelines fue la primera que picó pero desgraciadamente la cosa terminó mal. Me demandó porque casi pierde los pezones por congelación, de tanto que le froté el cubito.


Los nuevos modus vivendi de los fotógrafos de hoy

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No todo el monte es orégano. Hace un tiempo se publicó un estudio que contrastaba la idealizada imagen que el gran público tenía de los fotógrafos con la cruda realidad. La estadística demostraba que en vez de hacer fotos, ir de fiesta y viajar a exóticos lugares, los fotógrafos profesionales ocupaban la mayor parte del tiempo en pesadas y variadas tareas.

Marketing, blogging, taking pictures, meeting, comunicating, editing… Demasiado “ing”. ¡Qué pereza! ¡Quita, quita!

Pero esto es lo que pasa con los fotógrafos profesionales de la BBC. Los trascendentales van de otro rollo y cuanto más concepuales, más tranqui. De ahí que, como ya sabéis, hace tiempo empecé a pensar si se podía vivir de esto de la fotografía de autor. Conforme he ido haciéndome algo de sitio en este otro lado, he ido conociendo nombres nuevos y poco a poco he descubierto en que emplean su tempus fotográfico. Viene a ser así:

modusvivendi_cienojetes

Como veréis, mucho más relajado porque el trabajo disminuye y fluye de manera más sosegada. La mayoría de él se va en cosas distintas a hacer fotos y como no me gusta moverme mucho, la opción me viene al pelo:

  • El retoquing se limita casi exclusivamente a aplicar filtros retro a pajera, simulando película; y a meter viñeteado a tope.
  • Lo de pensar, la interiorización, a mí se me da de miedo, sobre todo a la hora de la siesta.
  • El facebook y el twiter, para hacer autopromo a cada momento, me entretienen mucho. Se me pasan las horas muertas.
  • Respecto a lo de hacer fotos, si es poco tiempo, lo tolero porque además me divierte hacer la mayoría de ellas a base de flashazos.
  • Y no te digo nada de los saraos que organizan los modernos estos. En más de uno me he colado. Como la mayoría del tiempo lo dedican a hablar de como sus fotos reflejan sus tormentas interiores y a quejarse de que no se les valora por la tremenda falta de cultura visual que hay en este país, aprovecho para beber y comer a destajo; a veces he ligado y todo.

En fin, todo un modus vivendi. ¡Claro que esto mola mucho más!

Bueno. Sintiéndolo mucho no tengo tiempo para escribir más hoy. Debo irme ya hacia un sarao, de esos en los que presentan un fotolibro. Me gusta llegar pronto para poder elegir el rincón del suelo en el que sentarme. Como suelen proyectar fotos que no entiende ni el que las hace, a la peña le da una soñarrera importante; y es mejor apoyar la espalda en la pared si hay que echar una cabezadita antes de los vinos.

Foto: Julie Delabarre (Facebook Blankpaper)


Decálogo del retrato fotográfico moderno

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La fotografía de retrato es tan antigua como la propia fotografía. Siempre se ha fotografiado a las personas, pero en los últimos años el rollo ha cambiado un disparate y lo más probable es que, salvo que sigas con asiduidad lo que hace la élite, estés desfasado.

Si quieres dominar esta disciplina, deja de gastar tiempo y dinero en conseguir en tus retratos la iluminación Rembrandt o en lograr la perfecta composición. Eso ya no vale para nada. En este post te vamos a resumir los tipos de retrato con lenguaje visual más contemporáneo.

Antes de comenzar, unos consejos comunes a todas las técnicas siguientes: suelen funcionar de miedo los hombros caídos, la ausencia de sonrisa y, si vas a fotografiar en exteriores, los parajes desolados y recónditos.

Si quieres triunfar, estos son los 10 tipos de retratos que hoy hay que hacer:

1.) Retrato con mirada frontal; cuanto más inexpresiva, mejor. Aconseja al retratado que busque una postura ambigua. En este caso, Soth le indicó a la muchacha que imitara a un cóndor andino:

Alec Soth

2.) Retrato con mirada lateral, perdida e inexpresiva. Puedes provocar dudas en tu modelo, por ejemplo preguntándole si recuerda haber cerrado el coche o la llave del gas.

Alberto Feijoo

3.) Retrato con flashazo. Pon el flash a toda potencia y deslumbra al retratado. Contribuirá a generar rostros de perplejidad, de indeterminación, dotando a tu fotografía de un aire muy actual. Hay dos modalidades:

3.1.) Enfocada; fíjate en los ojos en el caso del ejemplo.

Julián Barón

3.2.) Desenfocada. Desactiva el autoenfoque (o vuélvelo loco moviéndote mucho) y dispara en las distancias cortas.

Aleix Plademunt

4.) Retrato de espaldas de persona abatida por las circunstancias. Útil para rostros difíciles. Puedes decirle algo triste a tu fotografiado; por ejemplo, prueba a preguntarle cuánto tiempo le resta para liquidar su hipoteca. En la foto de ejemplo, no hizo falta nada, porque bastante papeleta tenía esa mujer con el quita y pon de esa blusa:

Anni  Leppälä

5.) Desnudo frontal. Tiene que ser ostensible. Para personas sin complejos:

Anna Fox

6.) Desnudo trasero. Para los más pudorosos. En caso de ser en exterior, un retrato dando la espalda y con niebla puede dar un toque misterioso a una fotografía trivial:

Elina Brotherus

7.) El anti-retrato o retrato anónimo. Práctico para gentes a las que no les gusta posar, con poca prestancia para la cámara o que tú no quieras que sean reconocidas (amantes, famosos, delincuentes, etc.). Se oculta el rostro, usando variados métodos como:

7.1). El pelo

Miren Pastor

7.2.) Volver la cabeza

Laura Henno

7.3.) Descuidar el encuadre, cortando ojos o cabeza:

Tatjana Schloer

7.4.) Taparlo con un objeto que tengamos a mano:

Emily Call

Emily Call

8.) Retrato estilo carné, formando retículas con todos los personajes que se te ocurran y tengan algo importante en común. Por ejemplo, con todos los de tu ciudad que se apellidan Sánchez y nacieron en febrero. Aquí tienes que currarte de manera especial el concepto:

Thomas Ruff

9.) Retrato con los ojos cerrados. Útil para personas tímidas o con mirada poco agraciada:

Dorothée Smith

10.) El retrato invasivo. Se trata de hacer ver que el retratado está muy molesto con que le fotografíen, ya sea ese desagrado real o teatralizado. Nuestro amigo el flash, nuevamente aquí, ayuda un monzón:

Óscar Monzón

Es importante subrayar que los retratos ganan enteros si presentan una tez pajiza. A falta de modelos albinos o nordicos, recomendamos desaturar al estilo Escuela de Helsinki. También se puede prepapar al modelo con sustancias psicotrópicas hasta obtener el tono amarillo o la blanca deseada. Advierta el lector como en la foto ejemplo se solapan magistralmente los estilos 1 y 2:

Thomas Ruff, again

Como habrán podido apreciar los más avispados, las técnicas que explicamos se pueden combinar entre sí para obtener un resultado más potente. Por ejemplo, en esta imagen que ponemos a continuación se combina la mirada frontal inexpresiva, el bosque recóndito, el desenfoque, el anonimato, el flashazo, la cara pajiza y los ojos cerrados. El resultado (no podía ser de otra manera) es un retrato redondo, un fotón:

Anni Leppälä, again.

Por último, aclarar que la inmensa mayoría de las fotos que nos han servido para ilustrar este post son muy recientes, del siglo XXI. Y aunque en realidad todas estas modalidades de retratos se han hecho desde hace muchísimo tiempo, este detalle no tiene porqué saberlo mucha gente. Tú, a lo tuyo. No estás aquí para saber ni enseñar Historia de la Fotografía.


La fotografía pictorialista

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Lo confieso. El fin de esta entrada es pretencioso. Quiere acabar de una vez por todas con el manido debate sobre si la fotografía es arte o qué es. Os lo aclaro: la fotografía únicamente es arte si consideramos a un número muy escaso de autores: los llamados fotógrafos pictorialistas, los cuales a propósito olvidé en mi post anterior sobre el retrato para otorgarles merecida justicia ahora.

Kerstens

Kerstens

Pero vamos al origen de mi afortunada y atrevida aseveración. Yo en realidad no conocía a ninguno de estos tíos, de los pictorialistas. Me sonaba el nombre, pero creía que esta fotografía era algo así como coger el pincel del photoshop y empezar a meterle a las máscaras de capa hasta que sale un Pollock o algo parecido. Pero un día conocí a uno y en qué extrañas circunstancias. Resulta que gracias a un buen contacto, tuve la ocasión de asistir a la grabación de uno de los apartados del famoso programa de Iker Jiménez, Cuarto Milenio. Supongo que el reportaje se emitirá en breve. ¡Menudo acojone! Eramos muy pocas personas en el estudio. Ésta fue la escena:

Sala oscura en la que sólo se ilumina, con un gran foco cenital, a un señor que espera meditativo con la cabeza gacha. Nuevo foco. Sale Iker y con un dominio total de la escena empieza a hablar de reencarnaciones, vidas anteriores y tal. Se tira un rato platicando con el experto de estos temas hasta que anuncian que van a hipnotizar a un fotógrafo que sospechaba que había sido pintor en el siglo XVII. Aparece éste, que tenía el pelo rasurado o era calvo y que por el acento parecía de origen francés, y se sienta en un sillón. Lo que ocurre desde este momento es escalofriante. El tío entra en trance tras las hábiles artimañas del hipnotizador y tras un momento comienza a hablar en una mezcla de castellano e italiano antiguos, a gritar que él era Jusepe de Ribera, elSpagnoletto”. El trance va a más y comienza a realizar ciertos ademanes un tanto amanerados, girando sin parar la muñeca y moviendo las manos, hasta que nos damos cuenta de que estaba, ¡oh prodigio!, pintando, un enorme retrato de Arquímedes.

Ribera

Los movimientos se van haciendo cada vez más convulsivos y van acompañados de quejumbrosos gemidos y alaridos. Los escasos asistentes nos miramos con temor y preocupación. Ante la situación, el hipnotizador empieza a gritar al fotógrafo: “¡Stop, Pierre, stop, regresa, despierta, stop!” Como no hay reacción, todo acaba con un seco bofetón al fotógrafo, que vuelve en sí sin recordar nada de lo ocurrido. Inquietante, ¿verdad?

Gonnord

Regresé a casa conmocionado y comencé a buscar por la red quien podía ser este fotógrafo. Entonces averigué lo que era en realidad la fotografía pictorialista. Y empezaron a brotar imágenes bellísimas, tan bonitas que parecían pinturas. Mi órgasmo visual sería tal como el de Sthendal en su día. ¿Cómo había podido ser ajeno a tanta belleza? ¿Cómo desconocía tal virtuosismo en mi principal afición? Y yo perdiendo el tiempo, primero con la street photo y el reportaje y luego, como sabéis, con la fotografía conceptual. Era una nueva fotografía que se distanciaba y liberaba de esas absurdas obsesiones de la vieja fotografía: de contar historias; de reflejar crudas realidades; de transmitir conceptos que nos lleven a cuestionarnos cosas y, a lo que es peor, a interpolarnos y tocarnos la conciencia y, por tanto, los cojones. Como ocurre con la imagen del desahucio que pusimos hace dos días en nuestra página de facebook.

Stolkiner

Por fin la fotografía se hacía arte porque buscaba la belleza sin más pretensiones. Por fin el sueño de algunos fotógrafos victorianos, que sólo pretendían situar a la fotografía a la misma altura que la pintura, era retomado hoy por un puñado de valientes fotógrafos que, olvidando modas y lobbies fotográficos, se habían empeñado en demostrarnos que la fotografía puede elevarse a la categoría de Arte. ¡Bravo!

Yo sospecho que algunos fotógrafos reconocidos, como Egglestone o Parr, también aspiraron en sus inicios a ser pictorialistas, pero como nunca aprendieron a controlar la exposición, decidieron con mucho dolor cambiar de registro. Pero aun así, hay excelentes ejemplos de fotógrafos pictorialistas: Hendrik Kerstens, Sugimoto, Giraudel (cómo recuerda a los frescos de Miguel Ángel), Gokdchain… Pero por centrarnos en autores residentes en España, podemos poner el ejemplo de Aurelio Monge. Si a éste se le hiciera otra regresión de éstas, saldría que su bellísima manera de fotografiar es tal porque hace años su alma fue la del mismísimo Caravaggio. Y no porque le sentaron mal unas ostras como dijeron hace tiempo los del Asombrario.

Monge

Así que ahora ando ensimismado con este nuevo retratismo español que da un merecido protagonismo a la luz, al rostro humano, a la madre naturaleza; incluso combinándolos en ocasiones en perfecta armonía. En realidad antes lo hicieron autores como Joan Vilatobà, Casas Abarca u Ortiz Echagüe, por nombrar algunos, pero los actuales tienen una inusitada fuerza innovadora. Desde luego, en los feos tiempos que corren, es de alabar la opción decidida de estos valientes por la búsqueda de la belleza. Ojalá queden atrás esos tiempos en los que calificar una fotografía como pictórica equivalía a mandarla a la basura por blandenga.

Vilatobà

Afortunadamente, todos estos nuevos autores están creando escuela y en el mundo de los aficionados, tan injustamente desatendido y donde tantas joyas podemos hallar, está surgiendo una renovada visión pictorialista muy interesante. Baste un ejemplo:

Jose L. Hernández Zurdo

Hernández Zurdo

Y como esto no pretende ser una galería de los honores, los paradigmas mejor los buscáis vosotros. Cienojetes prefiere mostraros el camino a la fuente a daros el botijo en la mano. Para que crezcáis por vosotros mismos. Yo ya lo estoy haciendo, porque con tanta reencarnación y espiritualidad no he tenido más remedio que hacerme budista. Y ya llevo la cabeza raspada, como Pierre.

La_infanta_fotografía_dándole_un_pincel_adicional_a_la_pintura


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