Sonó el teléfono. Eran las 7,30 de la mañana.
- “Hola, mivi*. ¿Te he despertado?”
Mivi es como me llama Jessica, mi nueva amiguita. Una choni muy cañón que me trajo el invierno y con la que suelo quedar los sábados.
- “Ay, Pepinos, que te llamo porque ya sé qué quiero para los Reyes Magos. Quiero que me hagas un book de fotos, como si fuera una modelo. ¡Pero que salga guapa ¿eh, mivi?!”
- “¿Y no te conformas con ropita del Stradivarius o un surtido de tangas del puesto de la Jenny, cielo?”
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No había otra: si quería seguir pasándolo bien los sabadetes, iba a tener que regalarle el book a mi nena. Así que pregunté a un conocido que es fotógrafo profesional; pero su presupuesto no me gustó nada. Y eso que lo intenté todo: le pedí precio de amigo, que no metiera el iva, le dije que estaba mal de dinero… Nada: entre gastos de maquillaje, horas de sesión y retoque, impresiones, etc, el pájaro se subió a la parra.
La búsqueda por internet tampoco aportó ninguna oferta razonable. ¿Pero qué se piensan estos quitagranos? ¡Si eso lo hace cualquiera! El “lo hace cualquiera” resonaba en mi cabeza, hasta que un buen día me dije: “¿Y por qué no lo hago yo?”. Además se me estaba acabando el paro y quizás podría tener futuro como retratista.
Pero resultó que la cosa no era tan fácil. Los que se dedican a esto disponen al menos de un estudio, varios cuerpos de cámara de muchos megapíxeles, buenos pepinos, fotómetros, disparadores, flashes, paraguas, pantallas, reflectores, fondos… Lo único que me equipara a ellos es mi destreza con las herramientas del fotoshop. En eso soy un lince, como ya he demostrado sobradamente. Pero no tengo ni idea de cómo retratar, ni de cómo hacer posar, ni de iluminación… Así que también tendría que hacer cursos… ¡Brrr!
Estaba desesperado. Seguí indagando por la red sin muchas esperanzas y de pronto apareció la solución. Descubrí al maestro de la fotografía de modelos, el ingeniero Jorge Ascencio. Gracias a él me voy a ahorrar mucho tiempo y dinero.
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Pero, ¿quién es Jorge Ascencio?, os preguntaréis:
Primeramente, Jorgillo como él gusta de autodenominarse en facebook, es una persona muy completa: adicto a la lectura (“tengo una librería personal gigante con más de 300 libros y cada mes leo 6 nuevos”), equilibrado (hace meditación en la naturaleza), inquieto viajero de las Europas, un tío sano que ni fuma ni bebe siquiera carajillos.
En segundo lugar, y esto es lo que nos debe importar, el ingeniero Ascencio es todo un maestro de la técnica fotográfica; un profesional de campeonato, al que ya odian muchos fotógrafos, porque les dice a la cara grandes verdades: “desde que me puse a dar los cursos de foto, yo acaparé todo el mercado y no les dejé nada a ellos (…) los fotografos son muy aprovechados, no quieren que aprendas.” En su “autobiografía no autorizada escrita en tercera persona” me asombraron su sabiduría y generosidad. Allí descubrí que “enseña por gusto, y no por necesidad”, y que “su único interés como fotógrafo es hacer portafolios de modelaje a mujeres, porque con los hombres pasa”. En fin: él mismo expone magistralmente las razones por las que es el número uno en su campo.
El gran mérito de este fotógrafo es haber desenmascarado a tanto y tanto farsante en el mundo de la fotografía de retrato profesional. Él debe ser el referente, el espejo en el que se miren todos los fotógrafos de esta noble disciplina. Así que, ¡que no te la metan! Para fotografiar modelos “meterte a clases de fotografía es lo peor que puedes hacer”, “para ser fotografo no necesitas estudiar una carrera”. Lo que importa es hacer verdadera fotografía. No hay necesidad alguna de talleres inútiles, de pesados equipos técnicos, de complicarte la vida diseñando tu web, ni siquiera de alquilar un estudio. Con buen ánimo y un poco de música, cualquier exterior/interior puede ser válido, incluso hasta un rellano de escalera. Y un ventilador y una cortina, por muy rebelde que ésta sea, nos sirven para dar movimiento y crear un fondo bonito. ¡Creatividad, señores!
Yo os animo a bucear en las varias webs de este maestro de la fotografía, porque es inabordable resumir aquí tanta sapiencia. Os garantizo verdades como puños, útiles consejos y exquisitos contenidos.
A mi, y a quién no le ocurriría, me ha invadido una sana envidia, un deseo irrefrenable de ser como el maestro, de aprender de él, de dejar satisfecha a mi choni como él lo hace con sus chavas. Afortunadamente, descubrí en otra de sus muchas páginas que da clases on-line, porque como él mismo tiene que aclarar “despues de dar 1000 veces el mismo curso, la verdad ya se me hizo muy monotono repetir lo mismo como perico (…) La demanda de mi curso es tan grande que ya no puedo darlo de forma presencial”.
No me hacía falta más. Me decidí a pedirle a Papá Noel el curso del maestro Ascencio. Y aquí me tenéis, estudiando, a mis años, con renovadas ilusiones. Así que le he rogado a mi Jessy paciencia con su regalo de Reyes y le he impreso el libro gratuito en el que Jorge enseña a posar a las modelos para que, aunque ella ya tiene mucho estilo, se lo lea y aprenda alguna postura nueva, mientras yo me instruyo.
¡Sí, amigos! Mi Jessy tendrá su book; y yo voy a ganar pasta por un tubo fotografiando macizorras y, si me animo, diseñando páginas web también. Lo tengo decidido, porque este mundo de la fotografía de modelos es todo un filón y tiene muchas posibilidades. A fin de cuentas, ¿quien no conoce a alguien que, con esto de la crisis, se ha comprado una cámara réflex digital y sin antes haber hecho apenas fotos, leyéndose por encima el manual del gran JMM, ahí está, viviendo decentemente de la fotografía?
Quiero ir conformando un estilo propio que aune el uso inteligente del HDR con las más contemporáneas tendencias españolas en el uso del flash. Una mezcla entre los estilos de los Pastoriza: el de Pontevedra y el de Montevideo.
![Fotos: Pastoriza]()
Fotos: Pastoriza (izqda, el gallego; dcha, el uruguayo). Difícil decantarse.
¡Nena, nene! Canaliza de forma inteligente tu ego. Sácale rentabilidad al gym, la esteticien y los tatoos. Eleva tu autoestima con mis fotografías. Yo te hago por muy poco dinero tu book digital ¡Dame más! ¡¡Dámelo todo!!
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* Mivi: en la jerga choni, contracción de “mi vida”. Está sustituyendo poco a poco a la más común “cari”.